Así como muchas personas piensan el SAT sólo vigila, sanciona o exige a los grandes contribuyentes, hay emprendedores que creen que por tener una pequeña o microempresa no necesitan adherirse a las condiciones que propiciarían la formalidad laboral. Sin embargo, todas las personas que tienen un negocio deberían de aspirar a manejarlo en condiciones de formalidad, especialmente si en su operación se involucran empleados. Aunque parezca que al no pagar impuestos ni seguridad social de los empleados todo lo que entra es ganancia, los emprendedores se exponen a multas por parte de distintas autoridades, especialmente si los trabajadores se acercan a las instituciones que protegen sus derechos.
En este artículo hablaremos sobre los beneficios de llevar una nómina de empleados formal, sobre lo que implica una relación laboral y algunos consejos para que como contador o abogado ayudes a tus clientes a formalizar su emprendimiento, siempre de mano de la ley.
En los últimos meses las relaciones laborales entre trabajadores y patrones han estado en boca de todos. Por un lado, se reformó la Ley Federal del Trabajo para que las personas que trabajan a través de plataformas tecnológicas sean consideradas ahora empleados. A su vez, la reforma por las cuarenta horas laborales sigue avanzando, cargada de polémicas, pero aportando nuevos matices a lo que se espera por parte de los patrones. En medio de las discusiones de estos temas se ha señalado que quizás lo más importante para movilizar la economía del país, antes que una reducción de la jornada laboral o la integración de repartidores y choferes al IMSS, es sacar negocios de la informalidad laboral.
En artículos anteriores de este blog ya hablamos sobre la informalidad laboral; hablamos sobre cómo es una condición sistémica de la que muchos emprendedores y empleados buscan salir pero con poco éxito ya que son pocas las condiciones que lo permitirían. A su vez, hablamos sobre cómo las personas en esta situación se encuentran en condiciones vulnerables pues no cuentan con seguridad social y a su vez, las instituciones públicas encargadas de la seguridad social dejan de percibir sus aportaciones.
En todo este laberinto de informalidad parece ser que los únicos que ganan algo son los patrones, pues se quitan el problema de tener que pagar más por sus trabajadores. Sin embargo, incluso ellos se ven afectados pues la ausencia de la formalidad no hace que los derechos de los trabajadores desaparezcan, al contrario.
En nuestro país, la Ley Federal del Trabajo, dispone que un patrón es toda persona (física o moral) que utiliza los servicios de uno o más trabajadores; mientras que un trabajador es aquella persona física que presta un trabajo. (Dígase cualquier actividad humana intelectual o material). Esos serían los dos individuos que componen la relación laboral: patrón y trabajador. Dicha relación laboral ha de ser personal (es decir, directa entre ambas partes) y subordinada (el trabajador está sujeto a las órdenes del patrón).
Entonces, de acuerdo a la ley, todas las personas en una línea de ensamblaje de un fabricante internacional de automóviles son trabajadores y dicha empresa es su patrón. A menor escala, el lavaplatos de una pequeña fonda es trabajador del dueño del negocio, un asesor independiente de marketing que tiene un asistente es patrón de este último, del mismo modo son trabajadores con patrones un empleado de mostrador de una ferretería o el personal de limpieza de un local de ropa… Usualmente son los empleados de pequeños o micronegocios, los que carecen de un contrato, prestaciones de ley o de un pago a través de CFDI de nómina.
Aunque no haya contrato ni documentos legales, al establecerse una relación laboral con las características que estipula la ley, el trabajador ya está protegido por ésta y de haber algún conflicto el patrón lleva las de perder.
Ya hablábamos en artículos anteriores que muchas veces los patrones actúan sin dolo, se tratan de emprendimientos improvisados que de pronto tienen la necesidad de contratar personal, sin embargo no lo hacen de manera legal. En muchas ocasiones los emprendedores creen que por contratar amigos o familiares no van a tener problemas, sin embargo en el mundo laboral es normal que cada individuo vea por sus propios intereses. Nuestros colegas abogados sabrán de casos de este tipo en el que son los mismos familiares los que demandan al emprendedor para hacer valer sus derechos.
Más allá de las cuestiones melodramáticas que puedan acontecer en las juntas de conciliación y arbitraje, tenemos que siempre reiterar a nuestros clientes que los primeros interesados en llevar su empresa bajo todos los lineamientos legales son ellos mismos. Una vez que se establece una relación laboral, la ley se pone de parte del trabajador, incluso le da la posibilidad de acercarse al IMSS y denunciar que no está dado de alta o que fue dado de alta con un salario más bajo y presentar la documentación que lo acredite. Sólo a través de contratos y cumpliendo con la ley es que podemos asegurar que las obligaciones y responsabilidades del trabajador sean claras ante la autoridad.
Revisar atentamente la Ley Federal del Trabajo y otras leyes de interés mercantil nos puede ayudar a asesorar a nuestros clientes emprendedores que quieren formalizar su relación laboral con sus trabajadores. Para ello te recomendamos suscribirte a nuestra compilación de leyes Gazhal y consultar la ley en la palma de tu mano.
Llevar una nómina no es cosa sencilla, existen varios montos que se deben de calcular según lo que el empleado haya ganado en una semana, quincena o en un mes. ¿Cómo se deben de manejar el pago de horas extras? ¿Las retenciones de ISR? ¿Cuándo hay exenciones? ¿Qué pasa con el subsidio al empleo? Es normal que un emprendedor desconozca todos estos supuestos y al intentar hacerlo por su cuenta cometa algún equívoco.
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Por ejemplo, puede ser que crea que algún monto estipulado por la ley es opcional y lo omita con la esperanza de ahorrarse algo. Como expertos en materia fiscal y contable sabemos que rara vez algo estipulado por la ley es opcional. Aunque también puede ser que por el mismo desconocimiento de ley no aprovechen estímulos y condiciones que los beneficiarían como patrones. Solamente de mano de nosotros como expertos es que podemos buscar la manera de que los patrones obtengan los mayores beneficios posibles al cumplir con la ley implementando una estrategia para reducir la carga social de manera legal.
Para lograrlo habrá que estudiar cada caso particular y antes de tomar cualquier decisión respaldarnos de un fundamento legal. Para ello te invitamos a suscribirte a nuestra compilación de leyes Gazhal y consulta la ley en la palma de tu mano.
Los patrones que cuentan con empleados en situaciones de informalidad ponen en riesgo sus emprendimientos. La Ley Federal del Trabajo protege a los trabajadores en cuanto entran en una relación laboral independientemente de si hay contratos o documentos legales que respalden dicha relación. Si un empleado denuncia la informalidad, los patrones pueden sufrir de costosas multas y de audiencias ante conciliación y arbitraje. Por ello, siempre es mejor llevar los negocios por la vía legal, con ayuda de nosotros como contadores podemos hacer que la nómina de los empleados sea tan benéfica para el trabajador como para el patrón. No hace falta buscar huecos en la ley ni brincarse ninguna disposición legal, simplemente buscando los beneficios e incentivos que van a convenir a ambas partes. Recuerda que para asesorar Gazhal es tu mejor aliado, suscríbete ya.
¿Cómo cuidas de los intereses de tus clientes que son patrones? Cuéntanos en los comentarios.
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