Quizás no haya petición más repetida en los despachos contables y fiscales que la de los clientes que quieren pagar menos impuestos. Muchos contribuyentes se acercan a nosotros buscando soluciones para aminorar la carga que les implican los impuestos en sus operaciones. Como expertos sabemos que esto es posible y que existen estrategias para lograr que la ley beneficie a los emprendedores que cumplen con sus impuestos. Sin embargo, también sabemos que muchas veces las expectativas de los contribuyentes rebasan la realidad. En muchos casos, las personas físicas y morales creen que la mejor manera de pagar menos impuestos es tener pérdidas fiscales.
En este artículo hablaremos de las pérdidas fiscales, de su tratamiento legal, sobre cómo ciertos contribuyentes las buscan como una estrategia de ahorro y hablaremos de algunas alternativas para ayudar a nuestros clientes a crecer siempre de mano de la ley.
El artículo 57 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta nos especifica qué son las pérdidas fiscales. Parafraseando, el artículo nos dice que las pérdidas fiscales se dan cuando deducciones autorizadas son mayores que el ingreso acumulado del ejercicio. Dicha suma de deducciones autorizadas toma en cuenta el reparto de utilidades.
Entonces podemos decir que de cierta forma la autoridad considera que cuando hubo menos ingresos acumulables que gastos en deducciones autorizadas, el contribuyente puede tener cierto beneficio con una cantidad a favor. Dicha cantidad, sin embargo, está sujeta a ciertas condiciones para que el contribuyente pueda aprovecharla.
Las pérdidas fiscales pueden ser utilizadas por los contribuyentes en los siguientes diez ejercicios fiscales. Aunque, se debe de utilizar continuamente, es decir, una vez que se cuenta con una utilidad fiscal es necesario que se comience a amortizar adecuadamente para aprovecharla conforme vaya conviniendo a lo largo del tiempo estipulado. Por ejemplo, imaginemos que un contribuyente tuvo pérdidas fiscales en el ejercicio de 2022, al ejercicio siguiente, de 2023 decide no usar su cantidad a favor, entonces para 2024 la cantidad se habrá perdido. En cambio, si la utilizara en 2023, aunque fuera parcial, podría seguir utilizando su monto a favor hasta agotarlo cada año incluso hasta 2032.
Aunque también hay que considerar que las pérdidas fiscales deben de actualizarse de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor. De no ser así, las pérdidas fiscales no se aplican correctamente en las declaraciones anuales y esto puede derivar en problemas como que no se haga la devolución de saldos a favor. Para evitar esta situación te recomendamos revisar atentamente las disposiciones oficiales. Recuerda que a través de nuestra compilación de leyes Gazhal tienes acceso a la LISR, IVA y la RMF actualizada para que revises cualquier cálculo de actualización conforme a la ley.
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Como mencionamos al inicio de este artículo, los contribuyentes usualmente quieren pagar menos impuestos. Por lo tanto, es una práctica común facturar los gastos para tener deducciones. Algunos colegas contadores o empresarios ven en las pérdidas fiscales una oportunidad para tener con qué ponerse a mano con el SAT. Sobre esto es importante aclarar dos puntos: el primero es que una pérdida fiscal no es lo mismo que una pérdida financiera y que ante todo las pérdidas fiscales no deben de ser simulaciones.
El primer punto: algunos emprendedores jóvenes al escuchar “pérdida” o tratando de entender que tuvieron menos ingresos que gastos deducibles podrían pensar que fue un mal año para sus negocios. Pero esto no es necesariamente cierto. Como contadores sabemos que el ámbito fiscal es sólo una dimensión de la totalidad de la contabilidad de la empresa y que los estados financieros con todas sus cuentas son los que realmente tienen la última palabra sobre la salud financiera de la empresa. Tener pérdidas fiscales sí puede ayudar a una empresa a tener cierta fortaleza al momento de declarar. Sin embargo, es una estrategia que debe de tomarse con cautela y evaluarse de manera integral con la realidad de la empresa.
Ahora bien, esto nos lleva al segundo punto, las pérdidas fiscales deben de ser reales. Esto quiere decir que, aunque sea muy atractivo inflar la cantidad de deducciones debemos de asegurarnos de que todas se ciñan a las normas y reglas según sea el régimen de nuestro cliente. De lo contrario, ante una auditoría o cuando el mismo sistema detecte inconsistencias estaremos en problemas.
Como contadores sabemos que no todos los gastos son deducibles. Por ejemplo, una persona física que hace un gasto de gasolina, sólo es deducible si hace el pago con tarjeta; aunque haya cargado gasolina para cumplir con funciones de su negocio, si lo hizo con efectivo esa deducción no se está apegando a la ley. Entonces, aunque tengamos la factura no deberíamos de incluirla en sus deducciones y habría que recordarle con fundamentos legales bajo qué condiciones se puede deducir la gasolina.
Esto último puede ser tedioso, pero nos puede evitar problemas a largo plazo. Especialmente porque hay clientes que insisten en inflar sus deducciones con gastos que no contempla la ley como tales. La mayoría aseguran que ellos se harán responsables de las consecuencias. Sin embargo, también es cierto que nosotros ponemos en juego nuestra ética profesional y sabemos que con una buena estrategia no es necesario mentirle a la autoridad.
Consultando la ley a través de nuestra compilación de leyes Gazhal puedes ir guiando una estrategia que se compagine con las disposiciones legales. A su vez, utilizando herramientas inteligentes podemos visualizar la situación financiera de la empresa y decidiendo qué estrategias fiscales son las más convenientes. Recuerda que todos los servicios integrales que ofertes como contador deben de ser remunerados y darle plusvalía a tus servicios inteligentes. Para todos tus clientes y para dar las mejores consultas y asesorías cuenta con Gazhal, suscríbete y consulta la ley como un profesional.
Las pérdidas fiscales se dan cuando ha habido más gastos deducibles que ingresos. Esto no necesariamente significa que haya sido un mal año para el negocio. De hecho, muchos recurren a ellas como una estrategia para tener un fondo con el que pueden disminuir ciertos pagos al SAT. Sin embargo, es importante saber en qué condiciones se puede dar dicha estrategia. En primer lugar, hay que consultar los artículos que rigen las pérdidas fiscales, como lo es el artículo 57 de la LISR. A su vez, hay que asegurarnos de que no estemos inflando las sumas de deducciones pues si no están autorizadas nos pueden generar problemas en la declaración anual, con el sistema del SAT o con las auditorías.
En todos los casos hay que comunicarnos con nuestros clientes y estudiar su situación. Para asegurar que estemos llevando la mejor estrategia y que siempre esté de mano de la ley. En este proceso, nuestra compilación de leyes Gazhal es tu aliada para consultar la LISR, IVA y la RMF de manera sencilla, suscríbete ya y asesora a tus clientes como todo un profesional.
¿Qué opinas de utilizar las pérdidas fiscales como estrategia? Cuéntanos en los comentarios.
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Un comentario
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