Uno pensaría que con la fama se adquiere, además de estatus, los medios para vivir de una manera cómoda en toda la extensión de la palabra. Es decir, que una vez que uno es famoso tiene acceso a servicios que harán su vida más sencilla y que todas las pequeñas cosas que antes nos preocupaban pueden ser resueltas pagando a la persona correcta. Sin embargo, hay muchos casos que nos demuestran lo contrario. Muchas grandes celebridades del mundo de la música han tenido problemas graves por deber impuestos. ¿Pero cómo es esto posible?
En este artículo hablaremos de algunos sonados casos de artistas que han tenido deudas fiscales. Analizaremos por qué llegaron a tener dicho problema y de los supuestos éticos y legales de cada caso.
Un caso muy sonado recientemente de deuda fiscal fue el de la cantante colombiana Shakira. En 2018, el Ministerio de Hacienda español acusó a la cantante de haber evadido impuestos de 2011-2014. El problema principal yacía en que supuestamente Shakira no había pagado impuestos en España por no haber vivido ahí la mayor parte de esos años. Sin embargo, en 2023 la cantante admitió la deuda y pagó una multa de 7 millones que evitó que fuera a prisión.
Recordemos que cualquier actividad económica para que sea enteramente legal debe de ser declarada. Cuando una persona reside en un territorio debe de atajarse a las leyes de éste y declarar conforme es debido. Quizás con una mejor asesoría fiscal, la cantante podría haber hecho sus contribuciones adecuadas a sus periodos de residencia y evitarse el problema legal.
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Willie Nelson es un aclamado cantante de country en Estados Unidos. Ha tenido una prolífica carrera en la que ha llegado a colaborar con personalidades como Johnny Cash y a sus 91 años continúa grabando música y haciendo giras. Es de esperar que una persona tan trabajadora y famosa genere muchos ingresos, y así fue, sin embargo, de dichos ingresos poco o nada se declaró. En 1990, la IRS. (International Revenue Service, la secretaría de hacienda de los Estados Unidos). Embargó las propiedades y cuentas de Nelson por tener una multa que ascendía a más de 32 millones de dólares. Incluso después de perder todo su patrimonio, la leyenda del country seguía debiendo 16 millones.
Por lo que Nelson recurrió a grabar un nuevo álbum para generar nuevos ingresos, “The IRS Tapes: Who’ll buy my memories?”. (Las cintas del IRS: ¿Quién comprará mis recuerdos?). El total de las ventas de éste fue destinado a cubrir la deuda que, después de un acuerdo, se acabó saldando con 9 millones.
Ciertamente el cantante country se encontraba en el peor escenario posible: tener una deuda que ni la totalidad de tus recursos pueden cubrir. Aunque estaba en grandes aprietos con la IRS no fue acusado de fraude fiscal pues el problema venía de una mala administración y no de un intento deliberado de engañar a la autoridad. Del mismo modo, Nelson de buena fe ofreció pagar de la única manera que podía hacerlo: cantando.
El ex esposo de Jennifer López ha tenido ya dos altercados con la IRS. El primero fue en 2007, cuando la corte le ordenó pagar 2.7 millones en impuestos no declarados. Marc Anthony aseguró que había sido engañado por su contador y que él había creído estar al día con sus obligaciones fiscales. Por lo mismo no fue perseguido criminalmente. Sin embargo, en 2010 de nuevo tuvo una deuda, esta vez de 3.4 millones por impuestos no pagados de una propiedad en Nueva York. En este caso también se llegó a un acuerdo con la IRS.
Casos de propiedades de artistas con gravámenes son bastante comunes. Tanto Prince como Whitney Houston tuvieron este mismo problema, incluso después de sus respectivos fallecimientos, dichas propiedades continuaron acumulando multas y deudas. Aunque a algunos de nosotros nos pueda parecer obvio, cuando se tiene dinero para invertir en propiedades hay que recordar que también hay que contar con la liquidez para cubrir los impuestos que éstas demanden y claro, dichos impuestos, dependerán de dónde se encuentre el inmueble y las leyes que apliquen. Estos casos son comunes entre artistas por la cantidad de propiedades que llegan adquirir, caen en malos manejos.
Así como Shakira tuvo su problema con el Ministerio de Hacienda con base en dónde estaba residiendo, el tenor italiano, Luciano Pavarotti, también. En 1999, la Agencia Tributaria italiana (Agenzia delle Entrate), acusó a Pavarotti de haber evadido impuestos de 1989-1995, con una deuda que rondaba más de los 7 millones. El cantante había declarado que su residencia oficial era Mónaco, el cual es conocido como un paraíso fiscal. Eventualmente se demostró que Pavarotti no residía allí y que por lo tanto estaba obligado a pagar sus impuestos en Italia.
Usualmente los sistemas tributarios buscan confiar en la buena fe de los contribuyentes, por lo que muchos de estos casos suelen atenuarse con desconocimiento. Por lo mismo Pavarotti no enfrentó consecuencias mayores salvo cubrir su deuda, aunque no dejó de ser una elección sospechosa declarar que Mónaco era su residencia principal.
Como hemos visto, en todos los hemisferios del mundo las celebridades tienen problemas con hacienda. México no es la excepción. En 2019, a través de un artículo publicado en El Financiero, se hizo del conocimiento público que el SAT, en 2008 y 2017, habría condonado impuestos a varios artistas, entre los que destacan:
Las condonaciones a estas personalidades se dieron en el margen de la aprobación de leyes de ingresos de 2007 (durante el sexenio de Felipe Calderón) y al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto. Independientemente de los acuerdos que haya tenido la autoridad con los contribuyentes, en los casos de estas condonaciones no podemos dejar de preguntarnos cuánto influyen los privilegios de los artistas.
Como contadores sabemos que los fraudes están a la orden del día. Cualquier colega que se vea en apuros o crea que puede torcer la ley a su favor, está en riesgo de meterse en un grave problema y a sus clientes junto con él. En el caso de las celebridades, habrá contadores que se sientan tentados por las grandes sumas que manejan y lleven a sus clientes a ser deudores fiscales. Sin embargo, también en muchos casos son los mismos artistas quienes se niegan a pagar los impuestos y piden de los contadores acrobacias fiscales para evadirlos.
Ahí es cuando entran en juego las influencias, el poder y los privilegios. Sin embargo, tenemos que recordar que como profesionales estamos obligados a actuar éticamente y no por complacer a un cliente (sin importar su estatus de fama) vamos a comprometer nuestra labor. Ante la ley, no hay diferencia entre los famosos y la gente anónima, todos somos contribuyentes. Por ello hay que asesorar igual a todos nuestros clientes y tener la ley en la palma de mano suscribiéndonos a nuestra compilación de leyes Gazhal.
¿Conoces más casos de celebridades que deben impuestos? Cuéntanos en los comentarios.
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