Junto con la pandemia causada por Covid 19 vino una nueva forma de trabajar, de estudiar y de hacer todas nuestras actividades de la vida diaria, al punto que dichas actividades encontraron una nueva forma de ser. El trabajo halló su refugio en el home office. Una nueva modalidad que obligó a las empresas a repensar el concepto de la oficina. [1] Sabemos que tiempo antes del aislamiento por contingencia, la oficina venía ya deconstruyendose. Buscando espacios más amables en busca de mejor rendimiento y proyectos con mucha mayor originalidad.
En los días que corren, hemos advertido que no es del todo necesario estar de manera presencial en la oficina. Hoy, pareciera ya algo desactualizado o que no corresponde a los tiempos. Las instituciones y empresas han invertido tiempo y dinero en reestructuración tecnológica y social para reforzar la calidad del trabajo remoto. Esto al enfrentarse al confinamiento colectivo extendido.
Las desventajas de la oficina
Si bien eran evidentes las ventajas de estar en la oficina, es decir, cuando se presentaban las juntas espontáneas, reuniones programadas. La vinculación con los otros, el andamiaje a la hora de aprender de los compañeros y el desarrollo cálido del día a día. En otros casos ir al trabajo era ya solamente un requisito. Una prueba de que hacíamos nuestro trabajo. Un consumo innecesario de tiempo y recursos como el que se toma el transporte, ya sea en auto propio o en el público. Muchas veces esta estructura presencial sobrevive, mucho más por una cuestión
Como consecuencia de lo anterior, es claro cultural que por una necesidad real. A Latinoamérica, el trabajo remoto lo tomó por sorpresa.
Junto con la pandemia causada por Covid 19 vino una nueva forma de trabajar, de estudiar y de hacer todas nuestras actividades de la vida diaria, al punto que dichas actividades encontraron una nueva forma de ser. El trabajo halló su refugio en el home office. Una nueva modalidad que obligó a las empresas a repensar el concepto de la oficina. [1] Sabemos que tiempo antes del aislamiento por contingencia, la oficina venía ya deconstruyendose. Buscando espacios más amables en busca de mejor rendimiento y proyectos con mucha mayor originalidad.
En los días que corren, hemos advertido que no es del todo necesario estar de manera presencial en la oficina. Hoy, pareciera ya algo desactualizado o que no corresponde a los tiempos. Las instituciones y empresas han invertido tiempo y dinero en reestructuración tecnológica y social para reforzar la calidad del trabajo remoto. Esto al enfrentarse al confinamiento colectivo extendido.
Las desventajas de la oficina
Si bien eran evidentes las ventajas de estar en la oficina, es decir, cuando se presentaban las juntas espontáneas, reuniones programadas. La vinculación con los otros, el andamiaje a la hora de aprender de los compañeros y el desarrollo cálido del día a día. En otros casos ir al trabajo era ya solamente un requisito. Una prueba de que hacíamos nuestro trabajo. Un consumo innecesario de tiempo y recursos como el que se toma el transporte, ya sea en auto propio o en el público. Muchas veces esta estructura presencial sobrevive, mucho más por una cuestión
Como consecuencia de lo anterior, es claro cultural que por una necesidad real. A Latinoamérica, el trabajo remoto lo tomó por sorpresa.
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El futuro del trabajo
Que las reglas del trabajo y la convivencia han cambiado. Con el siglo XXI el individuo se ha vuelto más independiente y la sociedad actual valora mucho más la flexibilidad en cualquier rubro de la vida. Buscamos movilidad y experiencias de alta calidad. Idealmente siempre queremos aprender y estar al día con las cosas que pasan a nuestro alrededor y el mundo. Sin que por ello perdamos la oportunidad de vivir una buena experiencia. Si nuestra vida ha cambiado, no hay motivo para que el trabajo siga con esa estructura anquilosada. El porvenir de las oficinas está cambiando a pasos agigantados. Las empresas buscan espacios abiertos que incentiven la creatividad, que permitan un mejor desarrollo de las ideas y de las personas que las tienen. Así como el fomento de una relación más cercana y de identidad con la misma empresa.
El coworking Este es realmente el futuro de las oficinas y del trabajo en general. Espacios en donde las personas puedan vincularse con otros profesionales sin que por ello se sientan institucionalizados o dentro de una estructura rígida o violenta. El coworking parte de su diseño y organización arquitectónica. Es decir, estos espacios cuentan siempre con zonas de trabajo amplias sin muchas divisiones con áreas flexibles para colaborar y organizar eventos, donde puedan coincidir, ya sea diseñadores, freelancers, ingenieros, administradores, emprendedores o creativos. Y que al mismo tiempo nos brinde la noción de identidad y nos ayude a fortalecer lazos y redes de producción mucho más sólidas a la hora de crear nuevos proyectos. Esto tiene como resultado productos mucho mejor trabajados, más originales y de mucha más alta calidad. Los espacios de coworking tienen como intención, hacer confluir y vincular a los colectivos de trabajo con miras al fortalecimiento de una generación creativa, ambiciosa y dinámica para enfrentar las necesidades del porvenir.
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