En este artículo hablaremos de la realidad de la Inteligencia Artificial hoy, sus aplicaciones en contabilidad y derecho contable, cómo la labor de abogados y contadores..
El contador y el abogado en la era de la Inteligencia Artificial: ¿Cómo sobrevivirá nuestra profesión?
En este artículo hablaremos de la realidad de la Inteligencia Artificial hoy, sus aplicaciones en contabilidad y derecho contable, cómo la labor de abogados y contadores..
Pocas cosas intimidan tanto a las personas como el prospecto de que un robot pueda sustituirlo en su trabajo. Actualmente con los grandes avances de la Inteligencia Artificial muchos se inclinan para usarlas incluso en trabajos que se creían dependían 100% de la creatividad humana, como puede ser el diseño o la escritura. Este panorama parece indicar un futuro en el que sólo loso dueños de las máquinas producirán riqueza, mientras que el resto seremos desplazados hasta no tener trabajo. Esto es especialmente preocupante para quienes trabajamos con datos duros, pues, ¿quién es mejor para procesar números que un robot? Sin embargo, este futuro distópico pertenece más a la ciencia ficción.
En este artículo hablaremos de la realidad de la Inteligencia Artificial hoy, sus aplicaciones en contabilidad y derecho contable, cómo la labor de abogados y contadores sigue siendo relevante en este contexto y los motivos por los que podemos prever que así se mantendrá en el futuro.
¿Es real la amenaza de la I.A.?
¿Qué es la inteligencia artificial? A estas alturas parece redundante detenernos a contestar esta pregunta sin embargo, a muchas personas todavía no les queda del todo claro lo que delimita a esta tecnología llevando así a que brinquen a conclusiones alarmistas. Podríamos definir la Inteligencia Artificial como el conjunto de algoritmos programados que dan a una máquina la posibilidad de seguir ciertos patrones, hacer inferencias o incluso aprender.
En realidad a lo que llamamos hoy Inteligencia Artificial muchas veces es confundido por Machine Learning. Este es un tipo de Inteligencia Artificial que aprende de un conjunto de datos. Por ejemplo, la mayoría de generadores de imágenes a partir de inteligencia artificial, lo que hacen es aprender de una base de datos cómo se verían ciertas cosas y reproducirlas. Es decir, no están creando de la nada, sino que están aprendiendo a crear a partir de la información que se le ha alimentado al sistema. Podríamos discutir que en todo caso los seres humanos hacemos lo mismo, aprendemos como se ve un ave porque hemos visto muchas aves, tenemos una base de datos al respecto, sin embargo, nuestra comprensión de la realidad es mucho más amplia.
Lo que hace que muchos se alarmen con el prospecto de Inteligencia Artificial, está en el nombre mismo, la inteligencia es una cualidad humana con la que estamos acostumbrados a tratar y sabemos lo volátil y extensa que puede ser. A raíz del nombre, muchos esperan que la Inteligencia Artificial tenga horizontes tan extensos como la propia inteligencia humana sin considerar que está sujeta a las limitantes de bases de datos y al propio diseño del algoritmo en cuestión.
Aprender a ver la tecnología como una herramienta
Tomando en cuenta este contexto, podemos mirar con un ojo más crítico la Inteligencia Artificial. Ciertamente es útil contar con tecnología que es capaz de aprender de bases de datos o de sacar inferencias y análisis de datos a través de algoritmos complejos. Sin embargo, nada de esto desplaza las posibilidades humanas.
Parte de lo que se ha visto con toda la variedad de inteligencias artificiales es que suelen aprender de manera sesgada. Por un lado, tienen la limitante de las bases de datos a las que tengan acceso, por otro lado el algoritmo mismo de aprendizaje puede estar fuertemente ligado a la parcialidad de sus programadores. De ahí se han dado casos de inteligencias artificiales racistas o sexistas, pues son respuestas que aprenden de las bases de datos o problemáticas que sus creadores no tomaron en consideración y por default responden de dicha manera.
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En el caso del procesamiento de datos duros una I.A. puede rápidamente procesar números y generar estadísticas. Hacer balances financieros es muy sencillo para una I.A. que cuenta con todos los datos adecuados de la empresa, incluso puede analizar estadísticas, sin embargo, sólo los seres humanos podemos aterrizar el caso en la realidad. Supongamos que una empresa lleva su contabilidad con una I.A., ¿quién se encarga de explicar a las demás áreas el estado financiero de la empresa? Se sigue necesitando de una persona que pueda comprender lo que hace la I.A. y relacionarlo con el contexto real de la empresa. La información sólo sirve si es interpretada correctamente. A su vez, una inteligencia artificial puede detectar gastos administrativos extras y sugerir recortarlos, pero una persona puede saber que el gasto corresponde a algunas comodidades de los empleados que no vale la pena poner en juego.
Por su parte, las I.A. en el área de derecho son muy útiles para hacer investigación y para escanear la ley. Se estima, de hecho, que ese es el futuro de ciertos casos que suelen ser simples como accidentes de tránsito. Sin embargo, en la ley, las partes implicadas siempre son humanas lo cual le da otra dimensión a matiz a los casos. Incluso cuando son casos “simples” aparentemente, relacionados a ley fiscal, pueden haber matices o declaraciones que se escapen de la I.A. y que necesiten de la intervención humana.
En todos los casos el usuario debe de ser más inteligente que la I.A. Ya sea para darse cuenta de las limitantes, prejuicios o sesgos de la I.A. o para analizar los datos con base al contexto real de la empresa, la inteligencia humana debe monitorear su uso. La persona detrás debe de comprender cómo funciona la I.A. así como poder hacer de manera análoga lo que esta hace para asegurar su calidad. Es decir, para entender una I.A. en su totalidad debemos ser de antemano expertos la tarea a la que se dedica y reconocer sus limitantes, por ejemplo, para usar una I.A. de contabilidad hace falta saber hacer las labores contables, saber leer gráficas y estadísticas y reconocer en qué casos las sugerencias del programa son limitadas.
Nuevas habilidades para dar valor agregado a nuestra profesión
Entre más nos familiaricemos con la Inteligencia Artificial, más podemos aportar. Como explicábamos anteriormente, conocer la I.A. y ser expertos en lo que sea que ésta haga nos da valor como moderadores de esta. Así que el primer paso para no perder valor en nuestra profesión es perderle el miedo a la I.A. y estar dispuestos a aprender a usarlas. Una buena actitud frente al cambio tecnológico es uno de los rasgos que más empresas van a buscar en sus empleados.
Esto último es lo que se denomina una “habilidad blanda”, aquellas que no están avaladas por ninguna institución o título, sino las que dependen de nuestro carácter. Aunque claro, no dependen de la personalidad ni de cómo nacimos, podemos desarrollar flexibilidad ante el cambio, resiliencia, capacidad de colaboración y trabajo en equipo hasta creatividad… Todo esto se logra exponiéndonos más a situaciones en las que se requieran de dichas habilidades. ¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo de un compañero de un departamento que no fuera el tuyo?¿Estás involucrado con tu equipo?¿Aportas ideas?¿Dedicas tiempo a adquirir nuevas habilidades? Todas estas son cosas que debes de hacer para presentarte como un recurso humano valioso.
Por otro lado, toda tecnología necesita actualizarse y tú también. Si antes decíamos que la I.A. de Machine Learning dependía de su acceso a bases de datos, ahora te recordamos que tú no puedes quedarte atrás. Para bien o para mal en el mundo las leyes fiscales se actualizan seguido, por lo que estar al día con ellas es lo que te puede dar valor agregado. Mientras que una I.A. dependerá de su siguiente actualización para estar al día, tú puedes tomar su aprendizaje por tu propia cuenta y estar a la cabeza.
Conclusión: Avanzar a la par de la tecnología
Aunque la Inteligencia Artificial avanza a pasos agigantados y es muy eficiente para realizar tareas mecánicas como el procesamiento de datos, la búsqueda especializada y el análisis estadístico, esto no quiere decir que la inteligencia humana no pueda avanzar en conjunto. Si como contador o abogado de derecho fiscal nos mantenemos al día con las herramientas disponibles podemos ponerlas a nuestra disposición, entender su uso correcto y brindar una mirada humana a lo que estas ofrecen. Además, este proceso afinará nuestra habilidades blandas aportando más valor a nuestra profesión como capital humano. Finalmente, quienes vivimos en la realidad y lidiamos con el mundo, somos nosotros los humanos así que debemos ser los primeros en comprenderlo para asegurar que la I.A. lo está procesando adecuadamente, estar al día con la ley fiscal puede ser nuestra mayor ventaja sobre cualquier máquina.
¿Qué opinas del uso de I.A. en la contabilidad y en el derecho fiscal? Cuéntanos en los comentarios.