Desde el regreso de Donald Trump a la silla presidencial de Estados Unidos, a nivel mundial se ha respirado un ambiente de preocupación. En su administración pasada, Trump demostró ser nacionalista y muchas de sus iniciativas atentaban contra las buenas relaciones internacionales. Sin embargo, en ese entonces el senado y el congreso no estaban de su parte. Por lo que hubo cierto balance en las políticas; este no es el caso actual. Desde inicios de este año hemos visto una agresiva guerra de aranceles que ha afectado a los mayores socios comerciales de Estados Unidos. Cuando aparentemente ya se iban calmando las aguas en este aspecto, se ha aprobado una legislación que grava las remesas.
¿De dónde viene esta propuesta, cuáles son sus objetivos, cómo afectaría a México y cómo va a responder nuestro gobierno? Quédate con nosotros para averiguarlo en este artículo.
A inicios de este año, el presidente Donald Trump propuso una polémica estrategia comercial: imponer aranceles a algunos de sus mayores socios comerciales. Durante meses hubo negociaciones de parte de los países implicados, en un punto México (como su mayor socio comercial) consiguió una prórroga importante. Mientras tanto los porcentajes a los aranceles de las importaciones chinas subían a cifras tan elevadas como el 145%.
Actualmente las cosas parecen haberse calmado, Estados Unidos y China están en una tregua y los aranceles se han suspendido temporalmente por noventa días. El caso de México es mucho más favorable, se consiguió negociar que los aranceles fueran impuestos sólo algunos de los productos que se exportan a Estados Unidos. De hecho, algunos analistas consideran que México se encuentra en una posición privilegiada en este momento en comparación con el resto de países.
Muchos medios de comunicación y especialistas han especulado que la administración de Trump realmente tiene una estrategia que apunta a regresar la manufactura e industrialización a Estados Unidos. Contrario a la tendencia de manufacturar en países donde la producción es más barata y dejar las etapas finales de producción en el país. Se cree que lo que se busca es cambiar por completo el panorama del comercio internacional para fortalecer lo hecho en Estados Unidos y las exportaciones de esto mismo. Sin embargo, también mucho se ha criticado que la estrategia no contempla el panorama actual que involucra el uso de tecnología sobre la mano de obra manual. También se ha señalado mucho que el cálculo de los aranceles no involucra cifras que realmente nivelen el terreno de juego para Estados Unidos y que, por el contrario, tan sólo disminuirán las relaciones económicas con otros países.
Mientras que se le sigue dando vueltas a este tema, saltan a la conversación las remesas. Además de los aranceles, el gobierno de Trump busca gravar un nuevo impuesto a los envíos de dinero de su país al extranjero.
El impuesto a las remesas no es una iniciativa individual, sino que es parte de un paquete legislativo que se encuentra en proceso de aprobación; la llamada One Big Beautiful Bill. (traducida al español como “Un gran y hermoso proyecto de ley”). El pasado 18 de mayo, aunque era domingo, el congreso entró en sesión y por mayoría de votos, la iniciativa de ley pasó a la siguiente ronda en la que, el 22 de mayo, fue aprobada en el congreso.
One Big Beautiful Bill responde a los mismos ideales que vimos impregnados en la imposición de aranceles. Las leyes de este paquete reforman el sistema tributario y fiscal de Estados Unidos con el objetivo de favorecer a los ciudadanos estadounidenses. De nuevo, los medios para este fin resultan cuestionables.
La medida que más ha llamado la atención del gobierno mexicano es precisamente la de un impuesto a las remesas. El cual originalmente se tasaba al 5% y finalmente se gravó al 3.5%. Se contempla que se grave dicho impuesto al dinero enviado al extranjero por personas con visa de turista o visa temporal de trabajo. Es decir, para extranjeros viviendo en territorio estadounidense. Este impuesto no aplica para los ciudadanos estadounidenses que enviaran dinero al extranjero. A su vez, es importante recalcar que este impuesto no es exclusivo para México. Es una medida que afectara a muchos otros países que se benefician de las remesas.
Este impuesto afecta a los aproximadamente 4.9 millones de hogares que reciben remesas en México (según datos de CNDH). Se ha estimado que las remesas representan el 20% de los ingresos de los mexicanos en el extranjero y que benefician la economía de las comunidades que las reciben. Pues mejoran la calidad de vida y disminuyen los índices de pobreza. El pago del 3.5% de impuesto en las remesas significa contar con menos ingresos destinados a estos beneficios.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en la conferencia matinal del lunes 19 de mayo, habló sobre la posibilidad del impuesto del 5% a las remesas. Aseguró que se buscará persuadir al gobierno estadounidense de dicha medida. A su vez, dado que es un impuesto que no sólo afecta a México, especuló sobre la posibilidad de presentar un rechazo conjunto con los demás países afectados.
Por su parte, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador, señaló que la medida estaría inquiriendo en doble tributación. Pues el dinero enviado a México ya ha pagado ISR. El acuerdo para evitar la doble tributación firmado por México y Estados Unidos data de 1994. Sin embargo, parece ser que a la nueva administración no le interesa mucho respetar acuerdos de aquel entonces.
Finalmente, a través de la negociación se consiguió reducir el impuesto al 3.5%, sin embargo, distintos medios han destacado que no hay mucho que festejar dado que de cualquier manera se resentirá en las familias que reciban las remesas. Aunque, todavía parece ser que la presidenta Claudia Sheinbaum espera poder seguir negociando el impuesto a las remesas.
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En este segundo periodo en el poder, el presidente Donald Trump ha sido especialmente agresivo con sus políticas en materia de comercio internacional. La guerra de aranceles creó caos a nivel mundial y fomentó un panorama de incertidumbre. El tema de los aranceles ya se había apaciguado, México incluso obtuvo un trato favorecedor en ciertos aspectos, sin embargo, recientemente, el paquete legislativo, llamado One Big Beautiful Bill, ha creado nuevamente revuelo en nuestro país. El paquete fue aprobado el 22 de mayo y éste incluye una tasa del 3.5% a las remesas. Este impuesto afecta la economía de las familias que dependen de las remesas como su principal fuente de ingresos. El gobierno de México ha reaccionado a la propuesta y se ha propuesto negociar las condiciones de su implementación, aunque todavía está por verse si se consigue un mejor trato. Mientras tanto, podemos ir estudiando los casos que se verían afectados por este impuesto siempre de mano de la ley suscribiéndonos a Gazhal para tener toda la ley en la palma de nuestra mano.
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