Con el cambio climático de las últimas décadas y el consumo indiscriminado de los recursos naturales, sobre todo de las grandes empresas, se ha deteriorado enormemente el medio ambiente.
Crisis del agua en México: ¿cómo nos salvamos de esta?
Con el cambio climático de las últimas décadas y el consumo indiscriminado de los recursos naturales, sobre todo de las grandes empresas, se ha deteriorado enormemente el medio ambiente.
Con el cambio climático de las últimas décadas y el consumo indiscriminado de los recursos naturales, sobre todo de las grandes empresas, se ha deteriorado enormemente el medio ambiente. Actualmente se maneja un tiempo estimado de siete años para poder dar marcha atrás a esta catástrofe, aunque cada día que pasa, el periodo se hace peligrosamente mucho más corto. México es, seguramente una de las pruebas de este hecho pues, actualmente se encuentra en el lugar veintitrés en el ranking de los países con mayor estrés hídrico, según el estudio realizado por World Resources Institute.
Hoy en día son, sobre todo, la región del norte del país y la zona centro, los lugares que sufren con mucha más intensidad el desabasto de agua. Monterrey, Tamaulipas y Chihuahua son los estados del norte que padecen de manera más cruda las sequías. En el centro están la Ciudad de México y el Estado de México, al igual que Guanajuato.
La zona norte
Actualmente en el área metropolitana de Monterrey, la gente vive un estado de incertidumbre debido a la escasez de agua. Antonio Hernández, biólogo que radica en Monterrey, explica que la crisis de desabasto está directamente vinculada con los bajos niveles en los que se encuentran, sobre todo, dos de las tres presas que abastecen a la ciudad; la presa La Boca que se encuentra en Santiago Nuevo León y la Presa Cerro prieto que está ubicada en Linares, la región citrícola de Monterrey.
Según el biólogo ninguna de las presas supera el 10% de su capacidad. Antonio Hernández también sostiene que, desde su perspectiva, hay una muy fuerte razón por la que, sobre todo, la presa de La Boca ha venido a menos: la sobrepoblación. A medida que Monterrey crece su población, por consecuencia es necesario generar más espacios de habitación. Las riberas de la presa La Boca han sufrido una intensificación en su proceso de urbanización.
En los últimos cinco años, se ha visto un aumento considerable de los asentamientos humanos en las riberas de La Boca, se ha cambiado el uso de suelo, convenientemente para poder negociar esos terrenos. Muchas de las problemáticas ambientales de la ciudad de Monterrey están relacionadas directamente con los intereses inmobiliarios.
En septiembre del 2020 en Chihuahua se desataron hechos violentos alrededor del conflicto ocasionado por la escasez de agua en la presa La Boquilla. Un tratado entre Estados Unidos y México en 1994, obliga a los dos países a compartir el agua del Río Bravo y el Río Colorado. Habitantes de la zona, temerosos de que, a pesar de la sequía, México compartiera el agua de la presa con Estados Unidos, decidió tomar la presa; dos personas fallecieron en el conflicto con las autoridades por el control de la presa.
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El centro del país
En cuanto a la escasez de agua en el centro del país, la situación no es muy distinta. Tanto Guanajuato como el Estado de México, son entidades que consumen, al año, el 100% de su agua potable, debido mayormente a la sobrepoblación y las consecuencias que devienen de ello. Esta situación contrasta con estados como Oaxaca, Tabasco y Chiapas en donde el consumo aún es sostenible.
En general, hay un círculo vicioso que parece no tener un fin cercano. Aunado a la creciente sobrepoblación en el país, los problemas de sobreexplotación por parte de las grandes empresas (como las cerveceras), está también el cambio climático que paradójicamente, causa lluvias más intensas, pero también sequías más prolongadas. Esto no permite que los ciclos de recuperación acuífera terminen sus procesos. Por ahora, lo que nos queda es modificar dramáticamente nuestra forma de consumir agua.
Estudios recientes han revelado que el lugar de la casa donde más se consume este recurso no renovable, es en el baño. Ahí se gasta de siete a veinticinco litros de agua cada vez que jalamos a la cadena del water; ni hablar de las duchas que consumen de cuarenta a noventa litros por ducha.
Por ahora, lo que nos queda es reutilizar nuestra agua en la mayor medida que sea posible y tratar de recuperar el agua de la lluvia para usarla en nuestro consumo diario.Si todos cumplimos con estas acciones aminoraremos el estrés hídrico que enfrenta el país y el mundo. Por otro lado, es importante exigir de nuestros gobiernos el cuidado del agua y priorizar su uso para la población en lugar de las industrias. Aunque esto último es mucho más complicado, tenemos que ser conscientes que al final del día, es el pueblo el que tiene el poder y el deber de exigir nuestro derecho al agua.