Hace algunas semanas Israel arremetió ataques estratégicos contra Irán, los cuales fueron respondidos. Lo que podrían haber sido días de conflicto aislado ha escalado hasta involucrar otras naciones, lo que preocupa a todos los hemisferios del mundo. No sería la primera vez en la historia reciente que un conflicto en Irán impacta negativamente la economía mundial, sin embargo, en nuestro contexto. ¿Cómo afecta a nuestro país el conflicto entre Israel e Irán?
En este artículo hablaremos de algunos de los antecedentes del conflicto entre Israel e Irán. Evaluaremos el panorama internacional y las posibles repercusiones financieras en México y el mundo y cómo podemos responder a ellas.
El pasado viernes 13 de junio Israel lanzó un ataque contra instalaciones nucleares iraníes. La drástica medida ha desatado un conflicto y ha llenado los noticieros de reportajes y registros de los ataques más recientes. En medio de este panorama es casi increíble que, en 1948, cuando se creó la república de Israel, fuera Irán el segundo país en reconocerla.
Las relaciones entre Israel e Irán fueron cordiales hasta la revolución de 1979 de Irán. A raíz de ésta se derrocó la monarquía y se instauró la república islámica. A partir de entonces, Irán vio en Israel un enemigo del islam por su alianza con Estados Unidos. Desde entonces ambos países se han mantenido en tensión y por medio de distintas estrategias han conseguido mermar sus fuerzas o truncar los intereses de cada cual. Irán ha tejido una red de aliados en países estratégicos que buscan proteger al país de ataques de sus enemigos. Por su parte, Israel financia grupos que combaten a sus enemigos proiraníes.
Además de las tensiones causadas por la expansión del poder político-religioso, también se encuentra el factor nuclear. Israel siempre ha estado alerta de los avances en tecnología nuclear en Irán, a pesar de que este último asegure de que el objetivo son aplicaciones civiles. En el año 2000, un virus afectó instalaciones nucleares de Irán, siempre se especuló que había sido desarrollado por Estados Unidos en contubernio con Israel.
Esta serie de tensiones han alcanzado un punto máximo de agresión.
Desde la madrugada del viernes 13 de junio, Israel e Irán no han parado de intercambiar ataques. La primera justificación de Israel para abrir fuego fue su preocupación alrededor de adquisiciones de uranio, suficientes para un arma nuclear. En ese primer ataque se perdieron las vidas de varios científicos nucleares iraníes, así como de civiles. Irán respondió al ataque enviando misiles y drones a Tel Aviv y Haifa. Después, Israel bombardearía los edificios de la televisión pública iraní. El conflicto continúa y aparentemente no terminará pronto.
Antes del ataque, Irán se encontraba negociando sobre sus adquisiciones de uranio y su experimentación nuclear con Estados Unidos. Nuestro vecino del norte buscaba contener el progreso iraní en ese rubro con el afán de prevenir que consiguieran armamento nuclear, sin embargo, Irán en todo momento aseguró que su enriquecimiento en uranio y sus bases nucleares estaban dirigidas a proyectos relacionados a energía.
A su vez, el conflicto entre Israel y Gaza ha debilitado a Hamas y a grupos afines a Irán. Esto, sumado a las tensiones en torno al armamento nuclear, posiblemente fue lo que hizo que Israel se sintiera en condiciones de arremeter contra Irán.
Como mencionamos antes, Estados Unidos ha sido un aliado histórico de Israel, así como ha sido un enemigo para Irán. Por lo mismo, no es de sorprender que Estados Unidos se haya unido al conflicto del lado de Israel, aunque antes se mantuvo cauteloso.
Declaraciones del presidente Trump señalaron que Israel informó del ataque antes de que sucediera. Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que no se encontraban involucrados en dichos ataques. Por ello es por lo que hizo un llamado a Irán a no atacar bases militares estadounidenses. Sin embargo, el presidente Trump también justificó de cierta manera las acciones de Israel al declarar que los ataques son una consecuencia directa de no haber firmado el acuerdo sobre el programa nuclear.
El 22 de junio, Estados Unidos atacó directamente bases nucleares de Irán. Este ataque ha conmocionado al mundo entero. Las redes sociales se llenan de noticias amarillistas que avivan el pánico ante la posibilidad de una tercera Guerra Mundial. Sin embargo, queda apelar a la prudencia del resto del mundo para que la hostilidad no siga escalando.
Las grandes potencias mundiales, así como organizaciones ya se han pronunciado en torno al conflicto. Ya hablamos de Estados Unidos, que, como nuestro vecino más poderoso y aliado comercial, es de nuestro mayor interés. Pero también hay muchos otros actores en este juego con roles relevantes.
Rusia ha defendido el derecho de Irán de defenderse del ataque de Israel. Esto no es de sorprender puesto que, durante todo el conflicto con Ucrania, Irán ha sido su mayor proveedor de combustibles, así como de armamento. China ha tomado la misma postura con una declaración explícita del ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, en el que condenaba la violación de la soberanía y seguridad iraní por parte de Israel. Irak, como aliado de Irán, ha presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU una queja por violación de su espacio aéreo por parte de Israel al momento de lanzar los misiles contra Teherán.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha llamado a moderar los ataques para evitar que el conflicto escale mucho más. El llamado puede ser juzgado de ser demasiado suave. Sin embargo, recordemos que la ONU busca ser un organismo que propicie el diálogo y la paz entre las naciones. Por lo que toda declaración oficial debe de mantener la ecuanimidad. Del mismo modo, la Unión Europea no parece inclinarse demasiado por un bando o por el otro. México, como casi siempre, también ha mantenido una postura de neutralidad.
Más allá de las posturas o alianzas entre los países debemos de recordar que es imposible que este conflicto no afecte a nivel mundial. Israel no ha dado ningún indicio de dar alto al fuego y confían en ganar el conflicto, por su arte Irán cuenta con bastantes recursos. (Entre los cuales se encuentra su población joven.) Como para perpetrar el conflicto en el tiempo. Entonces, ¿cómo afectará este conflicto a México y el mundo?
Irán conecta con el Lejano Oriente. A través del Estrecho de Ormuz transita el petróleo y gas natural licuado de naciones como Qatar, Kuwait, Irak, Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos, entre otros. La afectación a esa ruta comercial impactaría en el suministro energético de todo el mundo. A su vez, Irán posee una de las reservas más grandes de petróleo del mundo. Por lo que el país, en sí mismo, es crucial para asegurar este recurso no renovable en todo el mundo. Ya en los setentas, después de la Guerra de Yom Kipur, vimos los efectos de que los países árabes petroleros tomaran represalias contra los aliados de Israel. Cuando cortaron el suministro a occidente, entramos en un periodo de estancamiento económico a la vez que de inflación. No sería exagerado imaginar un panorama similar.
Independientemente del corte total del suministro, sí se generarían dificultades en el suministro de combustibles que encarecerían sus precios. El aumento en los precios de combustibles impactaría directamente en las cadenas de suministros, encareciendo los precios de insumos para las industrias e incluso de los alimentos. Asimismo, el aumento de los precios llevaría a los bancos a elevar los tipos de interés, lo cual eventualmente puede devenir en una crisis económica mundial.
En cualquier escenario, sin importar cuánto dure el conflicto, veremos las repercusiones en la economía a nivel mundial.
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Desde la madrugada del viernes 13 de junio ha habido hostilidades entre Israel e Irán. Argumentando una defensa contra las armas nucleares de Irán, Israel ha abierto el fuego e Irán ha respondido. Potencias mundiales han tomado su bando y mientras las tensiones crecen, se alcanza a distinguir una futura crisis económica en el horizonte derivada de la obstaculización del suministro de petróleo y gas natural provenientes de oriente. Este mismo efecto ya se ha visto en otros conflictos en Oriente Medio y no es difícil imaginar que vuelven a suceder. Sin embargo, podemos estar preparados para asesorar a nuestros clientes y ayudarles a superar este periodo de “vacas flacas” siempre con análisis especializado de su contabilidad y con apoyo de nuestra compilación de leyes Gazhal.
¿Qué efectos crees que tenga en nuestro país el conflicto entre Israel e Irán? Cuéntanos en los comentarios.
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