Sin duda que los días que corren son inmensamente difíciles. Cada mañana nos levantamos a enfrentar un reto distinto que, hoy además tiene una nueva carga de dificultad. El COVID-19 nos ha mostrado otra cara de la vida. Nos ha puesto de frente a un modo distinto de solucionar nuestras adversidades. Es en momentos como estos cuando algunas personas con actitudes de resiliencia, piedad y gallardía sobresalen del resto. Si bien, a lo largo de la historia, hemos visto sobresalir a grandes mujeres y hombres, que ya de por sí es difícil, hacer algo de esta naturaleza, imaginemos lo enormemente complicado que resulta lograrlo en tiempos como los que vivimos ahora.
Es un ejercicio sumamente complejo. Las relaciones interpersonales son siempre, en cualquier situación, un reto. Enfrentarlas, o atravesarlas en tiempos de crisis magnifica la dificultad de dicho reto. Es por eso por lo que ser líder en tiempos contingentes resulta tan demandante y, por otro lado, muy importante para los equipos liderados. Si estás pasando por un mal momento o tienes dudas acerca de cómo ejercer un liderazgo valiente, asertivo y empático, seguramente lo que sigue te servirá.
El reto aumenta si se presenta una crisis o una situación de contingencia como la que atravesamos ahora. Pero en estas situaciones no todo es adversidad, pues al mismo tiempo que la crisis es un momento de angustia y desesperación, es también una oportunidad de generar otras formas de habitar el mundo en momentos difíciles, más valientes, con más empatía, mucho más piadosos y sobre todo firmes ante los cambios.
Entonces, si bien como líderes somos conscientes de que en toda adversidad hay una oportunidad de cambio y crecimiento, es necesario transmitir ese saber acompañado de emociones que sustenten esa idea a fin de crear un ambiente mental y emocionalmente seguro para los otros. En tiempos difíciles, los líderes deben, idealmente, confirmar su autoridad, pero siempre es preciso que se haga con mucha precaución. Esta afirmación debe hacerse buscando siempre el balance entre un ambiente disciplinado y riguroso, y un liderazgo consultivo.
Esta confirmación debe hacerse siempre en un estado de serenidad. Sabemos por experiencia que cuando las emociones fluyen, ya sean positivas o negativas, la inteligencia tiende a disminuir, en consecuencia, tomamos decisiones precipitadas casi siempre erróneas. No se piensa bien quien está bajo la influencia de la angustia, el miedo o la desesperación. Es importante tener siempre en cuenta que el equipo busca en su líder, de manera invariable, seguridad y capacidad resolutiva.
Es importante que el equipo perciba la confianza del líder que, al mismo tiempo, se convierta en reconocimiento para su equipo. El líder debe hacerle saber a su gente que lo está haciendo bien, que sepan de su valor en el equipo, que agradece su compromiso y la valentía de estar ahí trabajando codo a codo a pesar de la adversidad que hoy no es poca.
Pocas cosas son tan difíciles como comprender al otro, pero es tarea del líder ser empático con las personas que forman su equipo de trabajo. Cada integrante está configurado por una historia distinta y muy propia, una personalidad y valores únicos. Es trabajo del líder hacer confluir esas diferencias a fin de que tengan un mejor resultado en los procesos de creación. Si un miembro del equipo padece algún malestar, es deber del líder hacerle saber que es consciente de esa angustia o dolor y que de ser necesario lo acompañara en esa situación. La empatía va siempre de la mano del cuidado, del auspicio. Los líderes deben procurar el bienestar de su equipo. Estar atento a las necesidades, procurar que las condiciones de trabajo sean siempre las mejores, esto hará del equipo una comunidad más fuerte y resistente.
Así el equipo puede trabajar en un ambiente ordenado y sano emocionalmente. Otra cosa que es igual de importante es la motivación. Es aconsejable hacer breves juntas a fin de reconocer el buen trabajo hecho por el equipo. Que ellos sepan que el líder es consciente de su amplia capacidad y que es altamente valorada. Tener detalles con los integrantes del equipo es siempre importante, ayuda a formar vínculos fuertes. Celebrar, por ejemplo, el cumpleaños de alguien del equipo, aunque sea por poco tiempo, genera un alto nivel de confianza, el equipo se siente apreciado. Finalmente, pero no menos importante; el líder, como un profesional, debe documentar constantemente sus experiencias en momentos difíciles. El porqué de las decisiones tomadas, así como los resultados de las mismas. Esto a fin de hacer una memoria de experiencias laborales que ayuden a enfrentar esas adversidades, crisis o contingencias de una mejor manera.
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