La solución energética latinoamericana: Kingo

El emprendimiento en cualquiera de sus casos es siempre un desafío. Destinar cierta cantidad de dinero a un proyecto nuevo que puede o no funcionar es siempre un acto de gallardía. Seguramente esta característica es una de sus mayores virtudes.

Todos los días las pequeñas y medianas empresas deben enfrentarse a los desafíos cotidianos a fin de alcanzar sus metas comerciales, pensar en una u otra forma para hacer que su negocio funcione, ser creativos para generar una mayor y mejores ingresos. El desafío se vuelve mayor y la valentía, así como la creatividad necesaria, deben ser mucho más si pensamos el emprendimiento en esta época de COVID. Ya sea para mantener un negocio o iniciarlo. Esta ocasión, nos acercamos a Kingo, un ejemplo de emprendimiento en América Latina en época de COVID.

Kingo: el sueño de Juan Fermín Rodríguez

Kingo es un proyecto que inició hace diez años a partir de la idea del guatemalteco Juan Fermín Rodríguez. Juan que en ese momento tenía 38 años renunció a su trabajo en una empresa multinacional para echar andar un proyecto que tenía mucho más aspecto de sueño.

El proyecto tenía la intención de ayudar al medio ambiente al mismo tiempo que pudiera cambiar la vida de las personas de escasos recursos. ¡Todo un desafío!

Resolver el problema energético: ¿De qué se trata Kingo?

Es un servicio de electricidad de bajo costo que funciona a partir del uso de paneles solares. Juan Fermín era consciente de la enorme necesidad de este servicio en las comunidades indígenas o bien, de escasos recursos en su natal Guatemala.

A diferencia del servicio convencional que ofrecen las empresas multinacionales que precisan de una enorme red y una todavía más grande cadena de infraestructura para poder brindar energía eléctrica, Kingo funciona a partir de un pequeño panel solar en una modalidad de prepago, parecida a la que usan las compañías de celulares.

El proyecto piloto inició con sólo cincuenta familias, su funcionamiento y resultados fueron tan buenos que para el año 2019 el servicio ya había alcanzado a cincuenta y cinco mil hogares en Guatemala y Colombia.

La meta de Kingo es instalar ciento cuarenta mil equipos para el 2022, lo que beneficiaría a cerca de medio millón de personas. Y aunque este proyecto no comenzó durante la pandemia, sí se hizo más fuerte pues el plan de cara a este nuevo año que inicia es expandirse por el resto de América Latina, donde ya se han firmado contratos en México y Panamá.

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El progreso de Kingo, la solución energética

Tal ha sido el desempeño de la empresa guatemalteca que hoy en día, Kingo ha conseguido una notable inversión de más de veinticinco millones de dólares los cuales provienen de entidades como el BID, el Banco de Desarrollo de Holanda y el gigante energético francés Engie, a los cuales les ha llamado, de manera poderosa, su atención.

Además se ha obtenido el reconocimiento de importantes instituciones como la ONU y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), por mencionar algunos.

En 2018 Kingo tuvo una incorporación importante, Leonardo DiCaprio uno de los más notables activistas por el medio ambiente que hay en Hollywood se involucró en el proyecto de Juan Fermín. Además de que el actor se hiciera inversionista también se convirtió en el rostro que representa a la empresa, pues aparece en el listado de “quienes somos” en el sitio de la compañía.

Como hemos visto antes, las energías limpias son la clave de un mejor futuro. La propuesta de empresas como Kingo ayudarán a permitir un mejor y más sano aprovechamiento de la energía en el mundo y un importante paso en el desarrollo.