El dinero conlleva responsabilidades. Si tenemos ingresos, sean los que sean, hay que saber qué hacer con ellos, podemos invertirlos, administrarlos o gastarlos, todo depende de nuestros objetivos y situaciones de vida. Pero en todos los casos, con el dinero vienen otras responsabilidades que tienen más un carácter de obligación, como lo es pagar impuestos.
Sin embargo, en muchos casos es difícil saber a qué impuestos estamos obligados y en qué casos. Es decir, si recibimos el pago por un servicio o por un producto, ¿qué servicios se pagan? Si un familiar nos presta un poco de dinero para hacer una compra grande, ¿se debe de declarar ese préstamo? Si nuestra pareja nos hace un depósito para nosotros encargarnos de los pagos de servicios, ¿cómo puede saber el SAT que no es un ingreso extra?
Pensar que el SAT vigila los movimientos de nuestra cuenta bancaria y que solicita impuestos por cada movimiento nos puede poner paranoicos. Por eso, en este artículo te explicamos a qué impuestos estás obligado y cómo hacer para que el SAT no tome en cuenta depósitos de otra índole como ingresos.
Los impuestos principales a los que están obligadas las personas físicas y morales son tres:
El primero es el Impuesto Sobre la Renta (ISR) que, básicamente es lo que el SAT nos cobra por ganar dinero. El segundo es el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que no es otra cosa que lo que el SAT nos cobra por comprar algo. El último de los tres impuestos es el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que son los impuestos adicionales a productos especiales como gasolinas, bebidas alcohólicas o tabacos.
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Acerca de este impuesto, seguramente ya habrán escuchado que el SAT ahora tiene la facultad de revisar todos nuestros movimientos bancarios, incluyendo depósitos y transferencias. Esto con el fin de saber cuánto dinero percibimos, para así cobrarnos los impuestos correspondientes. Lo que quiere decir que el SAT conoce todos nuestros movimientos bancarios y que, de no tener cuidado, podría cobrarnos impuestos, incluso, por las transferencias o depósitos que hacemos entre nuestras propias cuentas, alegando que es un nuevo ingreso.
En este 2022 se generó una suerte de incertidumbre con respecto a la aplicación de impuestos a este tipo de actividad. Y es que es común que recibamos nuestro pago de nómina y lo transfiramos a alguna otra cuenta de ahorro o bien, una tarjeta con la que tenemos mucho más tiempo. La duda general era si el SAT iba a cobrarnos impuestos por esta transacción; la verdad es que el SAT no cobrará impuestos por transferencias entre cuentas de otras instituciones, es decir, se podrá seguir haciendo ese cambio de capital de una tarjeta a otra sin que por ello haya que pagar el ISR.
De lo que sí se tiene que pagar es por los depósitos que se hagan, ya sea en ventanilla o en cajeros inteligentes. Aunque también tiene sus excepciones, ya que, si los depósitos no rebasan los quince mil pesos mensuales, el SAT no requerirá el pago de los impuestos por cantidades menores.
El SAT recomienda que al momento de hacer transferencias o depósitos seamos serios o cautelosos con el concepto con el que distinguimos dichas transacciones. Muchas veces aprovechamos para poner nombres graciosos o hilarantes, cuando lo mejor es describir seriamente de qué se trata.
El SAT en su facultad de vigilar o auditar nuestros movimientos, pone especial cuidado cuando un depósito tiene el nombre de un concepto por explícito o ambiguo. Esto a raíz de experiencias con el crimen organizado. Además, se debe tener cuidado con el concepto de “pago” ya que el SAT tiene programas para detectar palabras clave y “pago” es una de ellas, así que podría entenderlo como si fuera un pago y de manera consecuente un nuevo ingreso.
Una manera fácil de solucionar este problema es nombrar a los conceptos con eventos cotidianos como “colegiatura”, “cena en X lugar”, “restaurante”, “supermercado”. El SAT advirtió que este tipo de movimiento no serán monitoreados y auditados a menos que tengan cantidades y frecuencias sospechosas. Además de que no vigilará depósitos en efectivo ni hará cobros sobre los mismos.
Así que ahora ya lo sabes, no hay que temer la vigilancia del SAT. Un depósito casual para hacer el mandado el fin de semana no tiene por qué levantar sospechas, después de todo, ¿quién necesita más de quince mil pesos para surtir la despensa? Pero, si tú has tenido un problema con el SAT por un depósito a tu cuenta, cuéntanos en los comentarios, nos encanta leer sus casos particulares y sus experiencias. Tampoco te olvides de compartir y dar me gusta si este artículo fue útil.
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