Desde hace ya algún tiempo, hemos venido viendo cómo la tecnología inunda todos los espacios de la vida; la vida laboral, académica y la cotidiana. La tecnología en casi todos los casos hace nuestra vida menos difícil, es decir, la automatización de muchos procesos permite que podamos tener más tiempo libre para nosotros y para nuestros seres queridos.
La Inteligencia Artificial (I.A.) es una de las ciencias que derivan de la informática que, a su vez, se relaciona directamente con la tecnología. Con frecuencia escuchamos en el noticiero que algún programa de inteligencia artificial ha vencido a algún maestro ajedrecista o bien, que una I.A. ha replicado una obra de arte y los expertos no son capaces de distinguir la original de la copia, o hasta hemos visto en las noticias que una I.A. ha creado una pieza musical perfecta. Esas son las cosas que hacen las I.A. y por si eso no fuera poco, desde hace unos años existe una inteligencia artificial que asiste en el ámbito legal.
Ross es un programa de inteligencia artificial en materia legal. Pero ¿cuál es el objetivo de esta? ¿Funcionará como una herramienta al servicio de los licenciados en leyes o terminará por sustituirlos? En este artículo te presentamos a Ross para que conozcas cómo puede asistir a los abogados y te prevengas, te actualices para hacer más y así un robot no se quede con tu trabajo.
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La inteligencia artificial que está conquistando los tribunales se llama Ross y hasta ahora tiene la capacidad de escuchar y comprender el lenguaje humano. Puede rastrear más de diez mil páginas por segundo y formular una respuesta mucho más rápida y mejor argumentada que, casi, cualquier abogado humano.
Las respuestas de Ross se sustentan siempre con citas legales, además sugieren una variedad de artículos para estudiar. Por tratarse de una I.A., como todas las demás inteligencias artificiales, mientras más consultas recibe, más aprende, y su eficacia aumenta. Ross aprende de su interacción con los humanos.
Ross Intelligence es una empresa creada por Andrew Arruda, Jimoh Ovbiagele y Parques y fue creada en 2014, en la Universidad de Toronto, Canadá, con el objetivo de utilizar inteligencia artificial para impulsar y facilitar la investigación legal de abogados y firmas en general. Ese mismo año los tres fundadores ganaron una competencia de computación cognitiva organizada por IBM para desarrollar aplicaciones para su computadora Watson, lo que les entregó el reconocimiento necesario para poder comenzar la construcción de su empresa. Ninguno superaba los 30 años. Por ello no debe sorprender que Ross sea tan parecido a Watson.
Es importante destacar que Ross es un asistente legal ultra calificado. Está programado para entender el lenguaje humano, es capaz de dar su respuesta a las preguntas legales, citando las leyes y códigos correspondientes. A diferencia de los buscadores domésticos o convencionales, no ofrece un listado de posibles respuestas, sino que da la respuesta que él considera más acertada.
Ross también es capaz de rastrear en tiempo real los resultados de nuevas sentencias y juicios e incorporarlos como futuras referencias. Incluso, si estos afectan a casos en proceso, avisa a los abogados de la firma para que modifiquen su estrategia en consonancia. Es decir, no es un abogado como tal, Ross es ciertamente un asistente, un gran asistente legal.
Por ahora Ross solo es funcional en Canadá y Estados Unidos, por el momento no está disponible, ni para Europa, Latinoamérica o Asia y es posible adquirir los servicios de este startup en la misma página de la empresa, en donde también puede advertir detalle como quién trabaja con Ross Intelligence y cómo les ha funcionado.
En 2020 La empresa fue acusada demandada por Thompson Reuters debido a que, dicen ellos, que Ross robó contenido de su empresa Westlaw que se dedica también al desarrollo de herramientas en la misma área. Sin embargo, aunque dejaron de operar en 2021, debido a los costos de los juicios, pudieron salir avante y ahora parecen más sólidos que nunca.
Aunque muchos temen que las inteligencias artificiales les quiten sus empleos, lo cierto es que si estamos preparados para recibirlas podemos convertirlas en herramientas. Es decir, Ross podría quitarle el empleo a algún abogado en un despacho que sólo se dedique a citar artículos, pero los abogados hacen más que eso, por ello es que Ross lejos de quitarles los trabajos funciona como una herramienta que ahorra tiempo de investigación y los ayuda a preparar sus casos con mejores argumentos.
¿Qué tecnologías crees que serán más una herramienta que una manera de reemplazar el trabajo humano? ¿Hay alguna que uses en tu oficina? Cuéntanos en los comentarios.
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