Nuestros sistemas y leyes no se crearon en un día, son producto de distintas circunstancias históricas que han generado la necesidad de normas y orden. Los porcentajes de los impuestos no son arbitrarios, ¿pero de dónde vienen?
En este blog exploraremos las causas de la reforma tributaria de 1995 y cómo nos afecta hasta ahora en nuestro sistema tributario. A través de la exploración histórica de esta reforma comprenderemos mejor nuestro sistema tributario actual y la fuerte relación entre comercio y tributación.
El primero de abril de 1995, como parte del programa de ajuste macroeconómico entonces instrumentado para superar la crisis económica, el gobierno mexicano aumentó la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 10 a 15 por ciento en todo el país con excepción de las ciudades fronterizas. En esas ciudades, se mantuvo la tasa en 10 por ciento.
Luego de la crisis económica sufrida en el 94, después del cambio de gobierno entre Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. El país sufrió los efectos de la devaluación que hoy conocemos como el efecto tequila o el error de diciembre.
El veinte de diciembre de 1994 los mexicanos despertaron con la noticia del llamado “Error de diciembre”, un gran reto que debió enfrentar la administración del entonces presidente Ernesto Zedillo. El error fue resultado de la falta de reservas internacionales que provocaron la devaluación del peso mexicano, fuga de capitales, falta de liquidez y aumento de la deuda del país.
Después de la devaluación del peso de diciembre de 1994 y de la crisis económica que le siguió, el gobierno federal introdujo medidas de austeridad y un programa de emergencia para superarla. Uno de los principales pilares de esta estrategia fue el fortalecimiento de las finanzas públicas, donde la reforma del IVA fue parte central de este esfuerzo.
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Si hubiera que hablar de los responsables inevitablemente tendríamos que mencionar a Carlos Salinas de Gortari quien en el último año de su mandato dio al país una noción de opulencia con la firma del TLC y una reducción del 10 % de la inflación, aunque, como dijimos antes, sólo fue aparente. Es decir, la crisis se gestó por el surgimiento de sobre beneficios en el corto plazo en el área de inversión especulativa, particularmente de CETES y Tesobonos, emitidos por el gobierno mexicano para financiar el gran gasto durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Esto provocó una atracción de inversión en estos instrumentos mayor a la real que provocó tener un peso sobrevaluado. A su vez, esto desincentiva la inversión directa provocando una caída en las exportaciones directas e indirectas
Ernesto Zedillo, que paradójicamente fue el primer economista en ser presidente de México, junto con su equipo que lideraba el secretario de hacienda Jaime Sierra Puche, “poco o nada” pudieron hacer para revertir la situación que la gestión anterior había provocado, así que tuvieron que implementar las medidas ya antes mencionadas.
Es importante mencionar que si bien, era un problema heredado, Ernesto Zedillo y su equipo reaccionaron de una manera poco favorable para la mayoría de los mexicanos. Lo que el presidente de ese entonces hizo, fue ocuparse de los más ricos. Las empresas que tenían deudas en dólares, o habían comprado suministros de Estados Unidos, sufrieron un golpe de inmediato, hubo despidos masivos y los inversionistas extranjeros huyeron del mercado mexicano.
La recesión provocó la devaluación del peso de más de 100%, la erosión de las reservas internacionales, una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 6.2%, la quiebra de los bancos y desempleo.
Una de las decisiones más criticables tomadas por el entonces presidente, Ernesto Zedillo Ponce de León, fue la de rescatar a los bancos y a los grandes empresarios, convirtiendo así, su deuda privada en pública. La tragedia que hoy se conoce como: Fondo de Protección al Ahorro (Fobaproa).
Es así como la Reforma Tributaria de 1995 resulta una consecuencia de la mala gestión del gobierno federal encabezado por Carlos Salinas de Gortari. A lo que se le suma la agravante de pésimas decisiones como la de implementar un plan de ayuda económica que sólo trajo beneficios a un sector muy reducido de la sociedad; los más ricos. El aumento del IVA trajo como consecuencia una crisis inflacionaria que comenzó a causar estragos luego de marzo de ese mismo año.
Si tuviéramos que hablar de algún aprendizaje, ciertamente es difícil de materializarlo, dado que el error no habita en la sociedad sino en quienes gestionan los valores de esta. Ciertamente lo único que nos queda es reflexionar sobre el refrán que habla de que no todo aquello que brilla es oro, con referencia al cierre de sexenio de Salinas de Gortari.
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Un comentario
Es importante de vez en cuando recordar estos sucesos, para que las nuevas generaciones, que poco ven el pasado, hagan algo por éste país, nuestro México, que dicho sea de paso, se entiende que, entre uno y otro partido no dejen trabajar al presidente en turno, pero es el caso de AMLO tanto «luchar» y sub-rayo «luchar» para llegar al poder, cerrando calles, marchas y etc., etc,. para qué, si ya estando al mando del país no ha echo, creo yo, nada.