la Inteligencia Artificial presenta múltiples beneficios para este ramo, ya que transforma los datos en un activo de conocimiento y de impacto para la gestión tributaria de modo que así puede lograr el uso inteligente de dichos datos y la forma en cómo se interactúa con los contribuyentes.
la Inteligencia Artificial presenta múltiples beneficios para este ramo, ya que transforma los datos en un activo de conocimiento y de impacto para la gestión tributaria de modo que así puede lograr el uso inteligente de dichos datos y la forma en cómo se interactúa con los contribuyentes.
Cada día que pasa las administraciones tributarias utilizan nuevas herramientas para ser más eficientes en su gestión, dándose, de esta manera, un proceso de digitalización que se aceleró exponencialmente en los últimos años. La inteligencia artificial es una herramienta a la que cada día se le encuentran nuevas aplicaciones y los sistemas tributarios no son la excepción.
En este blog te contamos cómo la inteligencia artificial puede ser aplicada a sistemas administrativos, cómo está cambiando los sistemas tributarios en todo el mundo y cómo esto impactará a los contribuyentes.
La I.A. y los sistemas tributarios
Como en muchos otros rubros, la Inteligencia Artificial presenta múltiples beneficios para este ramo, ya que transforma los datos en un activo de conocimiento y de impacto para la gestión tributaria de modo que así puede lograr el uso inteligente de dichos datos y la forma en cómo se interactúa con los contribuyentes.
La combinación de Inteligencia Artificial y los sistemas tributarios, así como la optimización del análisis de datos, ya está trayendo grandes beneficios gracias a la recopilación y la aceleración del análisis de un gran volumen de datos de los contribuyentes en tiempo real. A su vez sirven para una mejor toma de decisiones que impactan positivamente en varias áreas administrativas de los sistemas tributarios.
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¿Qué hace una I.A.?
Para tener una mejor idea de todo lo que las I. A. pueden hacer para optimizar y mejorar los sistemas de administración y los tributarios, vienen bien tener algunas coordenadas de qué es lo que puede hacer una Inteligencia Artificial:
La caracterización de un sistema como la IA está basado en la existencia y utilización conjunta de cinco capacidades: descubrir, predecir, justificar, actuar y aprender. Los avances de la informática, así como las nuevas investigaciones —principalmente en las áreas de lingüística, psicología y sociología— aplicadas a las técnicas computacionales de aprendizaje de máquinas, computación cognitiva y gestión del conocimiento, han alcanzado progresos considerables en la aplicación exitosa de IA en diferentes negocios.
Beneficios de las I.A. para los contribuyentes
Estos son algunos de losbeneficios que pueden brindar las I.A. a la gestión de los centros de atención al contribuyente
De manera general, es posible decir que los beneficios de la Inteligencia Artificial en la administración tributaria, en especial pensando en la atención al contribuyente, son sobre todo, los siguientes:
Un servicio continuo al contribuyente durante las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.
Brindar información consistente, evitando el riesgo de interpretaciones distintas o incompletas, es un resultado común cuando las respuestas a las consultas son provistas por el personal de una institución.
El aumento de la productividad en la atención a los usuarios, ya que es posible atender más casos en el mismo período de tiempo. Ese incremento en la productividad permite liberar una parte del personal para que realice y optimice otras tareas.
Eliminar los tiempos de espera (presenciales y telefónicos) por indisponibilidad de operadores.
Proporcionar respuestas cada vez más precisas y, en consecuencia, mejoras crecientes en la satisfacción de los usuarios, puesto que los ACV basados en la I.A. recopilan datos y aprenden con las interacciones realizadas.
El impacto de las I.A. en los sistemas tributarios
Podemos advertir desde ahora, y más tal vez como una obviedad que las I.A. Han llegado para quedarse y en los próximos años se utilizarán cada vez más como herramientas en la fiscalización, sobre todo por su enorme capacidad para detectar indicios de fraude, patrones de conducta, o prácticas de evasión organizada. Lo cual resulta un avance invaluable
Los sistemas de fiscalización, como en nuestro caso el Servicio de Administración Tributaria (SAT), para poder enfrentar casos más complejos de fraude, que desafortunadamente tienden a aumentar, deben procesar grandes cantidades de información originada en distintas fuentes y no necesariamente consistente en cuanto a formato, idioma, etc. Para casos como este, la inteligencia artificial puede ser de gran ayuda.
Por ejemplo, la información que se obtiene de las redes sociales es una fuente novedosa de conocimiento que ofrece gran potencial, y que algunas administraciones tributarias ya han incorporado. De modo que esta información también podrá analizarla con un software con capacidad de geolocalización de datos y someterlos a procesos de I.A. para posteriormente generar productos que, en la opinión de los analistas, constituyen un instrumento válido para gestionar los riesgos de los contribuyentes y alimentar la función de fiscalización/investigación.
¿Las I.A. están para quedarse?
Por supuesto que la I.A. también tiene sus contras e implica un sinnúmero de riesgos para lo cual se requiere de una regulación específica, sobre todo para la adecuada protección de los derechos y garantías de los contribuyentes que, sobre todo, son personas. Es decir, aunque una I.A. pueda procesar grandes cantidades de información, habría que preguntarnos qué información en específico es ético que procese para que se respete la privacidad del contribuyente. Sobre todo tomando en cuenta que nuestro sistema tributario cree en la honestidad de los contribuyentes.
Es claro que las Inteligencias Artificiales no actúan por sí mismas, sino que dependen de cómo sean “entrenadas o programadas” por los determinados factores humanos, razón por la cual quienes las desarrollan son los responsables de su funcionamiento. Siempre y cuando las I.A. sean desarrolladas con las intenciones correctas y los sistemas de control de calidad y ética adecuados, podremos obtener todos los beneficios que vienen con ellas para mejorar nuestros sistemas tributarios.
¿Qué opinas sobre la implementación de I.A. en los sistemas tributarios? Cuéntanos en los comentarios.